domingo, 15 de julio de 2007

Brasil campeón

Demostraron que no necesitan de figuras
Brasil siempre Brasil


Los cariocas revalidaron su título conseguido en Perú 2004 venciendo 3-0
a una Argentina que fue una desconocida en la cancha.


No necesitaron de la presencia de Kaká y de Ronaldihno, aunque ellos dos no hacen Brasil, pues a diferencia de ambos skratchs, el técnico Dunga no convoco a Ronaldo, Adriano, Cafú, Cincihno, Ze Roberto, Dida, Roberto Carlos, etc…, pero aún así con estrellas en ascenso y de la mano de Robihno Brasil acabo con el sueño de Argentina de conseguir su copa número 15 después de largos 14 años.

Contra todos los pronósticos la canarihna venció de manera contundente 3-0 a Argentina que fue una sombra en la cancha ante los insistentes ataques de los brasileños; este octavo título de copa América representa una satisfacción para el pueblo carioca que vio como sus dos máximas figuras declinaron por no ir para descansar de sus respectivas temporadas, y al que la prensa de ese país no la daba como favorito.

Y así fue, una derrota en su partido inaugural ante México 2-0, hacía presagiar que este equipo B del técnico debutante Carlos Dunga no revalidaría el título ante rivales que venía con lo más granado.

Pero poco a poco la camiseta y la tradición hicieron mella en un combinado que tuvo como su máxima figura a Robihno, este jugador campeón goleador con 6 unidades y mejor jugador de la copa, dio declaraciones a la prensa que el equipo no ha desplegado su jogo bonitto y que los jugadores que están acá sienten la camiseta como si fuera su último aliento.

Al principio tuvieron una Robihnodependencia, pero poco a poco figuras como Danni Alvés, Diego, Vagner Love, Doni, relucieron en la cancha y dieron demostración que este equipo sería un duro hueso de ganar y así demostraron al golear 6-1 a Chile en cuartos de final.

La albiceleste que se opaco

La primera llegada del partido trajo el primer gol de Brasil. El partido parecía estancado en el centro del campo cuando un pelotazo largo encontró a Julio Baptista cerca del área quien, viendo adelantado a Roberto Abbondanzieri, sacó un remate de pierna derecha que se metió por el segundo palo; sin duda alguna uno de los goles más hermosos de este campeonato.

El gol tempranero determinó el libreto del partido, con Argentina obligada a buscar la posibilidad de atacar y Brasil concentrándose en el trabajo defensivo y tratando de explotar los espacios que se veía obligado a dejar el rival.

Inicialmente, pareció que Argentina, que llegaba a la final como clara favorita, iba a reaccionar ante el gol en contra con una andanada ofensiva. En el minuto 9, Juan Román Riquelme estrelló un remate contra el poste derecho del arco defendido por Doni, con lo que estuvo a punto de igualar el partido culminando una jugada iniciada por Lionel Messi, quien estuvo individual en el partido con varias jugadas de contraataque iniciadas por él.

Sin embargo, a los esfuerzos ofensivos argentinos les faltaba continuidad ya que al equipo le costaba muchísimo llegar y sufría con el trabajo de marca dispuesto por los brasileños, que permanentemente lograban doblar al hombre que llevaba la pelota.

Si Argentina tenía dificultades para llegar, Brasil, cuando se acercaba al área contraria, era casi siempre peligroso. Sobre todo las proyecciones de Maicon por la banda derecha hacían sufrir muchísimo a los argentinos y justo en una jugada por ese costado vino el segundo gol brasileño, cuando Roberto Ayala intentó cortar un centro con tan mala fortuna que terminó marcando en contra.

Brasil, contra la mayoría de los pronósticos, estaba imponiendo autoridad en el campo y no parecía extrañar a Ronaldinho ni a Kaká mientras que en Argentina Messi sufría con el sistema de marca del rival, Juan Sebastián Verón no aparecía para ejercer su acostumbrada función de despertar al equipo en los momentos difíciles y Riquelme, aunque lo intentaba todo, no era decisivo, llegando al punto de ser bloqueado al igual que un Carlos Tévez que no fue ni la sombra de otros partidos.

Brasil no sólo marcó bien sino que también, en su trabajo defensivo, recurrió con frecuencia a herramientas poco nobles como faltas reiteradas en el centro del campo y demoras deliberadas en la reanudación del juego.

Argentina no lograba generar nada interesante de las faltas a su favor y en cambio de una de ellas salió el contragolpe que trajo el tercer gol brasileño, marcado por Dani Alves tras recibir, completamente desmarcado, un pase de Vágner Love (el mejor jugador del partido), mientras los argentinos corrían desesperadamente en dirección a su propia área.

El tercer gol era ya la puñalada definitiva. Argentina, con el ingreso de Pablo Aimar y Lucho González por Verón y Esteban Cambiasso, le había dado más fuerza ofensiva al centro del campo pero la suerte estaba echada y Brasil estaba crecido.

Minuto 90, Brasil celebra, Dunga se la jugó y ganó, Basile y su cábala era derrota (estuvo con la misma ropa en todos los partidos). Brasil fue superior en todo el juego y le demostró a Argentina por qué son los campeones defensores

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