La selección argelina aspira a dar la sorpresa en Sudáfrica, pese a la dificultad de su grupo, y conseguir pasar a la segunda fase del campeonato, lo que constituiría un hito en la historia futbolística del país magrebí.
La única selección árabe presente en la cita mundialista africana se medirá en el Grupo "C" a las de Inglaterra, Estados Unidos y Eslovenia.
El equipo, conocido como los "zorros del desierto" ("fennecs"), regresa a un Mundial tras 24 años de ausencia (México 1986).
La selección magrebí parte con la ventaja de no sentirse obligada a satisfacer grandes expectativas tras el desbordante entusiasmo nacional que supuso para los argelinos la clasificación mundialista tras dejar en la cuneta a Egipto, su ancestral rival.
"Argelia no se contentará solamente con participar e intentará llegar lo más lejos posible en la competición", declaró Madjid Bougherra, el sólido lateral argelino del Glasgow Rangers sobre el que ha puesto sus ojos actualmente el Liverpool y uno de los ídolos de la afición magrebí.
Sadane su técnico, ha confeccionado una pre-selección de 25 jugadores, prácticamente todos procedentes de equipos de las ligas francesa, española, italiana, alemana o inglesa.
Para preparles en la altura, el entrenador optó por una estancia de dos semanas en la localidad suiza de Crans-Montana.
La principal preocupación de Sadane es la de encontrar un sustituto para uno de los principales organizadores del juego de la selección, Mourad Meghni (Lazio, Italia) cuya baja para el Mundial por lesión se confirmó definitivamente a finales de mayo.
Sudáfrica será la tercera participación en un Mundial de Argelia tras los de España en 1982 y México en 1986.
En el mundial español los "verdes" quedaron duodécimos tras vencer, contra todo pronóstico, a Alemania y a Chile, aunque quedaron fuera de octavos después de un polémico partido entre los germanos y Austria, a quienes se acusó de amañar el resultado para clasificarse ambos en perjuicio de los argelinos.
En México la participación no fue igual de buena y se saldó con dos derrotas frente a España y Brasil, además de un empate contra Irlanda, que les dejó en el puesto 22 de la clasificación final.
La selección de Eslovenia fue una de las mayores sorpresas de la parte europea en la clasificación para el Mundial de Sudáfrica de este año.
La Selección de ese país, de apenas dos millones de habitantes se impuso a Polonia y a la República Checa, y en la repesca a Rusia para conseguir, por segunda vez en su historia, la clasificación para la copa mundial.
"Seremos los vencedores del Grupo. Seguirá Inglaterra, luego Estados Unidos y Argelia. Inglaterra es una selección de estrellas y de un 'ego' destacado. No son capaces de estar juntos un mes y medio sin reñir entre sí", pronosticó Zlatko Zahovic, ex jugador del Valencia y una de las grandes estrellas de la historia futbolística de Eslovenia.
Eslovenia jugó por primera vez tras su independencia de la antigua Yugoslavia (en 1991) un campeonato mundial en 2002, el que se disputó en Japón y Corea del Sur.
Después, la selección logró escasos éxitos, hasta el nombramiento como técnico de Matjaz Kek, en enero de 2007.
Ex técnico del Maribor y de las selecciones Sub-15 y Sub-16, Kek es conocido por saber motivar a los jugadores más que por sus habilidades como entrenador, pero es eso lo que parecían necesitar los eslovenos para clasificarse para el Mundial.
Entre los jugadores eslovenos, destacan Milivoje Novakovic, del Colonia alemán, goleador en la fase de clasificación con cinco tantos, y Samir Handanovic, portero del Udinese italiano.
La otra estrella del pequeño país alpino, Novakovic, apodado "Super Nova", fue nombrado el mejor jugador de Eslovenia de 2009.
Ambos equipos se enfrentarán por primera vez en este mundial.
Sobre el estadio….
El nuevo estadio Peter Mokaba fue construido al lado del viejo en Polokwane, provincia de Limpopo. Ubicado a unos 5 kilómetros del centro de la cuidad, tiene ahora una capacidad de 41.733 espectadores.
Nombrado en honor a uno de los hijos de la pelea por la emancipación de Sudáfrica contra el régimen del apartheid, el estadio tiene una importancia histórica para el país. Peter Mokaba nació en Polokwane y fue reconocido por su espíritu de lucha y liderazgo.
La forma de esta gran masa de concreto fue inspirada por un ícono local, el árbol Baobab, con una estructura de acero que sostiene el techo plano en cada esquina, soportado además por otras estructuras que permiten la circulación vertical a través de rampas así como también la ubicación de las distintas áreas de servicios.
Como nota de color, vale la pena mencionar que Didier Drogba hizo su debut internacional con Costa de Marfil en un partido de la Copa Africana de Naciones en el viejo estadio Peter Mokaba. Sudáfrica, sin embargo, ganó ese día por 2-1.
En el otro partido Alemania se presenta en Sudáfrica como un equipo que mezcla juventud y veteranía, a pesar de las lesiones, el cuarto título está presente en la mente de Joachim Low.
Löw prescindió voluntariamente de algunos veteranos por razones tácticas -tal fue el caso de Torsten Frings- y de otros por su bajo rendimiento, como ocurrió con Christoph Metzelder o Thomas Hitzlperger.
A esos descartes se agregó la baja del capitán y estrella Michael Ballack, lo que ya forzó el relevo generacional casi absoluto.
La selección actual avanza marcada por jugadores que están en torno a los 25 años, como el nuevo capitán Philipp Lahm o el líder en el centro del campo, Bastian Schweinsteiger, y reforzada por elementos más jóvenes.
En el grupo de los jóvenes, el más destacado de ellos es Mesut Özil. Muchos proceden de la sub21 que ganó el título europeo. Y de la vieja guardia ya prácticamente sólo queda Miroslav Klose, lejos en eficacia goleadora del que fue máximo artillero en Alemania 2006.
"A la larga, la meta es el título", reconoció Löw, que normalmente cultiva la filosofía de pensar "partido a partido".
La Alemania de los últimos dos años ha tenido mucho que ver con la selección típica que cosechó títulos en los años setenta y noventa.
El líder de la defensa es Per Mertesacker, que ha ido ganando seguridad con los años.Tras la lesión de Westermann, el puesto de compañero ideal de Mertesacker se lo disputan Sedar Tasci, Holger Badstuber y Arne Friedrich.
Uno de los laterales que no se discute es Philipp Lahm, aunque el debate sobre la banda que ocupará parece no cesar. Quiere jugar por la derecha, como lo hace en el Bayern, pero en la selección aparece normalmente como lateral izquierdo y en la otra banda suele jugar Jerome Boateng.
Si Löw cede al deseo de Lahm eso implicaría probablemente que Boateng saliese de la formación titular y los candidatos para la banda izquierda serían Badstuber -que ha ocupado esa posición en el Bayern- y Marcell Jansen.
Como arquero titular, tras la lesión de Adler, ha sido designado Manuel Neuer.
La selección de Australia, una de las gratas sorpresas del mundial de Alemania 2006, intentará cuatro años después en Sudáfrica confirmar las buenas sensaciones entonces ofrecidas y, para ello, confía en un bloque y un estilo similar, si bien en esta ocasión a las órdenes de Pim Verbeek.
Australia, hasta la cita sudafricana, ha participado en dos fases finales de Copa del Mundo y, curiosamente, ambas se celebraron en territorio alemán: 1974 y 2006.
Eso sí, a diferencia de sus anteriores presencias mundialistas, a la cita africana llegan sin necesidad de eliminatoria de desempate y por vez primera mediante una clasificación directa de grupo. Ello debido a que los "Socceroos" estrenaron camino.
Lo consiguió bajo la dirección técnica del holandés Verbeek, quien se ve con la obligación de al menos igualar el buen registro mundialista logrado por su compatriota Guus Hiddink, que plantó a Australia en los octavos de final de Alemania'06, donde cayó ante Italia por un penalti en el último instante y tras un partido donde tutearon a los, después, campeones del mundo.
Precisamente, Verbeek fue ayudante de Hiddink en la selección de Corea del Sur que llegó a las semifinales de su Mundial en 2002 y, después, bajo sugerencia de su mentor, fue aupado a la dirección técnica de Australia.
Pero el trabajo de Verbeek con el combinado nacional australiano tiene fecha de caducidad: es seguro que dejará el cargo tras Sudáfrica 2010, como así anunció hace meses el propio técnico.
De la cita alemana en 2006, el combinado oceánico repite diez jugadores: el meta Mark Schwarzer; los defensas Scott Chipperfield, Lucas Neill y Craig Moore; los centrocampistas Tim Cahill, Jason Culina, Brett Emerton y Vince Grella; y los delanteros Josh Kennedy y Harry Kewell.
Todos ellos prácticamente fijos en el once titular inicial de Pim Verbeek, lo que confiere al equipo australiano compenetración y experiencia para el intento de, al menos, superar una durísima primera fase en la que están enclavados en un grupo ciertamente difícil para sus intereses: Alemania, Serbia y Ghana.
En los mundiales Alemania ha vencido en dos ocasiones a Australia por goleada.
La selección de Serbia, con el experimentado técnico Radomir Antic al frente, será un respetable rival en Sudáfrica, con Nemanja Vidic y Branislav Ivanovic como estrellas de un equipo sólido y bien compenetrado.
Serbia aparece bajo ese nombre en un campeonato mundial de fútbol, después de la disolución de la antigua Yugoslavia y la fragmentación en varios estados que han dado lugar a nuevas selecciones nacionales.
Hasta ahora, sus futbolistas actuaron en nueve ocasiones en la Copa del Mundo, pero jugaron para selecciones de estados que ahora no existen: el Reino de Yugoslavia, la República Socialista Federativa de Yugoslavia (RSFY) y la República Federal de Yugoslavia, esta última formada por Serbia y Montenegro desaparecida en 2006, tras la independencia montenegrina.
La clave de su éxito está en su entrenador, Radomir Antic, de 61 años, un experto que en su variopinta carrera entrenó entre otros al Atlético Madrid, Real Madrid, Barcelona, Oviedo, Zaragoza y Celta.
Aunque en su carrera de futbolista era defensa, como técnico Antic prefiere el ataque como estilo de juego, con el que ha ganado grandes simpatías de los hinchas serbios.
Las principales estrellas del equipo serbio son los defensas Nemanja Vidic, del Manchester United, y Branislav Ivanovic, en el Chelsea.
Ghana llega a Sudáfrica sin la principal de sus "estrellas negras", como se conoce popularmente a esta selección, después de que su gran referente, Michael Essien, no haya podido recuperarse de la lesión de rodilla que le apartó de la disputa de la última edición de la Copa de África.
De la mano de Essien y la nueva generación de futbolistas ghaneses, logró la selección un hito del que no pudieron disfrutar mitos del país como Abedi Pelé o Anthony Yeboah: clasificarse para disputar dos fases finales de un Mundial.
La primera discurrió en tierras alemanas en 2006, donde Ghana marcó su primer tanto mundialista a los 68 segundos frente a la República Checa, para, con el equipo más joven del torneo, llegar después a los cruces y caer ante Brasil.
Con todo, las sensaciones que dejó en Alemania fueron buenas, cuando contra todo pronóstico venció y dejó fuera en la primera fase a Estados Unidos (2-1) y a la República Checa (2-0).
Sin embargo las derrotas ante Italia (2-0) y ante Brasil (3-0) demostraron que aún había un paso que dar para poder plantar cara a los equipos importantes y Sudáfrica será un buen lugar para demostrarlo.
Es Ghana un equipo joven que se retroalimenta constantemente con los jugadores de las categorías inferiores y cuya última gran hazaña fue llegar a la final de la Copa de África de Angola, donde perdió ante la curtida Egipto.
Ghana se clasificó para Sudáfrica con un juego netamente ofensivo y haciendo de la búsqueda del gol su seña de identidad, siempre con el rigor táctico como telón de fondo, pero Rajevac supo ser tan práctico como "resultadista" en la Copa de África, cuando se quedó sin Essien y con un grupo de imberbes.
Con una mezcla de veteranía y juventud, el peso de la selección recaerá en hombres que ya estuvieron en Alemania, como el defensa John Pantsil (Fulham), el delantero Sulley Muntari (Inter) o el centrocampista Stephen Appiah (Bolonia).
Sin embargo, también tendrá responsabilidad un jugador como Asamoah Gyan, que en la Copa de África demostró contar con un gran olfato de gol y que puede convertirse en un referente importante en Sudáfrica.
En su único partido en mundiales, los serbios se impusieron a los ganeses.
Sobre el estadio….
El estadio Loftus Versfeld, situado en el corazón de Pretoria, tiene actualmente una capacidad cerca de los 43.000 asientos. Es uno de los estadios más antiguos del país. El lugar donde actualmente se ubica se utilizó por primera vez para la práctica deportiva en 1903, y ahí se construyó la primera estructura de cemento, que podía acoger a 2.000 espectadores, en 1923.
Ha sido sometido a periódicas remodelaciones desde 1948 por lo que necesita muy pocos retoques para su puesta a punto de cara a la Copa Mundial de la FIFA 2010.
Fue bautizado con el nombre de Robert Owen Loftus Versfeld, a quien se atribuye la instauración del deporte organizado en Pretoria. Se ha empleado para albergar numerosos acontecimientos deportivos, entre los que se encuentran la Copa del Mundo de Rugby 1995 y la Copa Africana de Naciones 1996. Además fue una de las sedes de la Copa FIFA Confederaciones 2009, y en la actualidad sirve de sede al club Mamelodi Sundowns y al SuperSport United .
El estadio, a menudo llamado simplemente Loftus, ha sido testigo de numerosos encuentros internacionales. Sudáfrica logró aquí su primera victoria sobre un rival europeo al vencer a Suecia por 1-0.
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