Asi es la escena está servida para que esta noche Manny Pacquiao, denominado el mejor boxeador libra por libra de esta disciplina se alce con su séptimo título en el mismo número de categorías, y de esta manera reservar su puesto al lado de pugilistas legendarios como Muhamad Alí, Sugar Ray y Oscar de la Hoya. Pero en la esquina del frente estará Miguel Cotto, quien llega a este combate como el rebelde sin causa, el retador que desea revertir la imbatibilidad de su rival y hacer respetar, como todo monarca, su territorio (peso welter).
“Esta pelea se trata de la historia. Es emocionante pensar que podría ser la primera persona en ganar siete títulos mundiales en siete divisiones de peso diferentes. Lo que lo hace aún más especial es que sería un filipino quien lo logre. Si lo hago, dentro de 30 años no habrán olvidado mi nombre. Manny Pacquiao seguirá ahí”, dijo el filipino, consciente del combate histórico que se le avecina.
Pero el puertorriqueño no se queda atrás y advirtió a su rival: “Si cree que va a ganar siete títulos en siete divisiones de peso ahora, ha elegido el momento equivocado, el luchador equivocado y el adversario equivocado”.
El boricua viene de vencer al senegalés Joshua Clottey por decisión dividida en 12 asaltos. Este combate es uno de los argumentos principales de sus detractores, ya que salió bastante golpeado y estuvo a punto de perder. Por su parte, el asiático noqueó sin problemas en el segundo asalto al británico Ricky Hatton, por la diadema ligero welter de la OIB. Sólo resta esperar si “PacMan” termina de convertirse en leyenda o Cotto le cierra las puertas del Olimpo.
No hubo sorpresas
Durante el pesaje antes del combate Cotto registró 145 libras mientras que Pacquiao dio 144. Vale aclarar que aunque en juego estará la corona de los welter de la OMB, cuyo dueño es el puertorriqueño, la pelea de hoy fue pactada por contrato con un límite de 145 libras.
Pero más allá del lógico fervor de los aficionados, lo que llamó la atención fue la devoción con que concurrieron al pesaje, eran las 11 de la mañana y ya había formada una larga fila de unos mil boricuas y filipinos, esperando que se abrieran las puertas del estadio. Los protagonistas subieron a la báscula casi cuatro horas y media después.
Casi inmediatamente, y ataviado en blanco, subió al escenario un Cotto mucho más serio, pero igualmente idolatrado por los suyos. Como se esperaba, Pacquiao fue un poco menos pesado que su rival. Pero lo cierto es que ambos lucieron físicos esculturales y, lo que es aún más importante, sin ningún rastro de deshidratación.
La nota la protagonizaron Joe Santiago, el novato entrenador de Cotto, que al momento de subir su pupilo a la balanza señaló a Freddie Roach en forma agresiva, como recordándole que hacer el peso no sería un problema para Cotto. Hasta tuvo que intervenir Francisco Valcárcel, presidente de la OMB, para separarlos.
Por fin se reestableció la calma. Y los protagonistas se saludaron muy cordialmente. Ni siquiera posaron en el tradicional y agresivo cara a cara. Sólo un estrechón de manos y una palmada en la espalda.
Pacquiao (49-3-2, 37 nocauts) buscará arrebatar a Cotto (34-1, 27 KO's) el título welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). El filipino, todo un héroe en su país natal, intenta entrar en la historia como el hombre que ha ganado siete fajas mundiales en siete diferentes divisiones, y está más preocupado por su legado que por la diferencia de peso.
Las últimas dos victorias del 'Pac Man' fueron ante hombres de mayor envergadura física, y en diferentes categorías. Primero derrotó a Oscar de la Hoya en diciembre de 2008, por nocaut técnico en el octavo asalto y el 2 de mayo de este año destrozó en dos rounds al británico Ricky Hatton en las 140 libras.
Convertido en una celebridad por sus triunfos en los últimos dos años sobre estrellas del encordado como Juan Manuel Márquez, Oscar de la Hoya y Ricky Hatton, Pacquiao sabe que tendrá que dar el máximo ante un rival que como él, pega, boxea, y sabe resolver situaciones de apuros en el ring.
"Cotto es el mayor reto en la carrera de Manny", aseguró Bob Arum, promotor del pleito. "El (Cotto) es un verdadero peso welter, un welter muy fuerte".
Aunque el combate ha sido pactado en las 145 libras, dos por debajo del límite de la división, el filipino ha tenido que subir de peso, ya que su última pelea la realizó en las 140 libras ante Hatton, a quien noqueó en apenas dos asaltos.
"Ni siquiera yo puedo creer que pueda pelear en la división de 147 libras. Arranqué a los 16 años ganando el título de las 106 libras, pero en este momento mi velocidad sigue siendo la misma, e incluso mejor, y si tienes velocidad, puedes tener poder", manifestó Pacquiao.
Cotto también es un ídolo en Puerto Rico, aunque muchos lo ven algo distante, y algunos confunden su modestia con cierta clase de soberbia.
El púgil de Caguas prefiere que le vean como un trabajador que sube al ring a buscar el sustento de su familia, y no como una estrella del espectáculo.
Tras el retiro del estelar Félix 'Tito' Trinidad, Cotto se ha convertido en la cara del boxeo boricua, cantera de grandes campeones, y sabe que ante Pacquiao tendrá la más grande oportunidad de su carrera.
Con 29 años, y un rostro muy castigado en los últimos combates, el boricua asegura a quien le quiera escuchar que no pierda su dinero apostando a Pacquiao, aunque éste sea el favorito 2-1 en las taquillas de Las Vegas.
"Todavía no se ha subido al ring y ya están echando campanas al vuelo. Manny es un gran tipo y un gran boxeador, pero aún no ha ganado un séptimo título mundial, y nunca lo va a ganar", aseguró Cotto a la AFP.
En pelea de respaldo habrá otro boricua, Daniel Santos (32-3-1, 23), quien defenderá su título superwelter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) ante Yury Foreman (27-0, 8), un púgil nacido en Belarus, pero con residencia actual en Nueva York.
Las últimas peleas de Pacquiao y Cotto:
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